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El pensamiento crítico se camina desde el vientre de la madre tierra, que “siente, le duele y así como la están explotando con hidroeléctricas, con monocultivos, con transgénicos y una cantidad de proyectos de muerte si ella se acaba, nosotros nos acabamos con ella”, dijo Vilma Almendra, indígena paez de Colombia, integrante del Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida de la Asociación de Cabildos del Norte de Cauca y del espacio Pueblos en Camino.
Lo anterior durante su participación en el panel “Pensamiento crítico, cosmovisiones y epistemologías otras para enfrentar la guerra capitalista y construir autonomía” que compartió con Francia Márquez, Manuel Rozental y Arturo Escobar (en videoconferencia) que se desarrolló este miércoles en el auditorio Adalberto Navarro Sánchez como parte de la cátedra Jorge Alonso que hospeda el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades.
Vilma segmentó su ponencia en tres partes: ¿Qué es el pensamiento critico?, citó ejemplo y algunos desafíos en todo este hacer crítico.
“El pensamiento crítico comunitario, como se expresa, es uno de los flujos de la madre tierra, uno de sus flujos de su vida, y ese pensamiento crítico siempre ha estado vivo y dinámico durante los procesos de lucha. A mi modo de ver y desde mi experiencia desde Cauca, desde el pueblo indígena, era como sentirse incómodo con lo que nos rodea, que las amarras que nos ponen a nosotras y a la madre tierra nos tallen y sentirlas para quitarnoslas, saber que estamos siendo silenciados permanentemente, que no nos escuchemos y al no escucharnos tratar de gritar por esa libertad, incomodarnos con la categoría que nos impone el cerco capitalista pero también incomodarnos con nuestras propias acciones que creemos que no son coherentes y consecuentes con el pensamiento crítico como fundamento de uno de los flujos de vida de la madre tierra”, dijo Vilma Almendra.
“A modo de verlo colectivamente, dijo la ponente, esa corriente viene desde el norte de Cauca, Colombia, arraigada por tres ámbitos, uno de ellos histórico, al ver lo que la realidad nos impone, pensar pero no quedarnos quietos. Levantarnos, no quedarnos quietos, no hacer silencio, gritar; de ahí viene un legado de más atrás que es tierra para la gente, cuando en los años 70, 80, 90, cuando los pueblos indígenas de Cauca salían a recuperar la tierra que nos quitaban y luego nuestros abuelos tenían que estar trabajando para el patrón.
“Entonces decimos tierra para la gente, pero también con el legado de Alvaro Ulcué decimos gente para la tierra para empezar por liberarnos, no sólo recuperar la tierra sino sentirnos orgullo de nuestro carácter indígena. Aquí el pensamiento crítico es una reciprocidad entre palabra y acción, lo que en los últimos años hemos llamado caminar la palabra, pero también decimos palabra para andar el pensamiento, la palabra sin la acción es vacía.
“Es no sólo pensar en liberarnos sino hacerlo palabra digna, recuperar la tierra, recuperar nuestras forma de organización propia, reapropiaros del cabildo como institución española que castigaba para transformarla en una autoridad tradicional en nuestro territorio y bajo nuestro resguardo donde se eligen colectivamente personas para liderar la apuesta comunitaria.
“Ese pensamiento crítico es sentir y saber que lo que nos están poniendo a hacer no sirve y está mal y sirve para alimentar al capital pero que no es la vida digna, no es ese buen vivir, ese buen vivir que nosotros queremos caminar desde el territorio y recuperar lo que la misma conquista nos viene silenciando, cuando nos dice que la tierra es solamente un objeto material para explotar”.
Como segundo punto para entender el pensamiento histórico Vilma Almendra puso como ejemplos el carácter asambleario, que es como el fundamento de las organizaciones indígenas y populares como espacios de diálogo y reflexión.
Y finalmente, como tercer punto, “pensamos en una agenda de lucha de unidad popular para la vida, para la resistencia, para la autonomía y para seguir desafiando el capitalismo, como que pensar críticamente es entender no solamente la localidad que nos afecta directamente a los cuerpos de las mujeres, a los cuerpos de los niños y al cuerpo territorial que habitamos sino a toda la globalidad; que lo que pasa en México, lo que pasa en Honduras, lo que pasa en Nicaragua, todo eso está tejido para la muerte”.
Vilma Almendra ha participado activamente en las luchas de su pueblo y es conocida por su empleo de los medios sociales para esas luchas.
La cátedra Jorge Alonso continúa este jueves con el seminario “La paz en tiempos de la guerra global , también impartida por Vilma Almendra, Francia Márquez y Manuel Rozental, pero en el auditorio Silvano Barba del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades a partir de las diez de la mañana.