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La solidaridad mexicana con los exiliados argentinos

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El Estado mexicano se la jugó para proteger vidas humanas, no mexicanas. Y esto no lo hace cualquier estado ni en cualquier lugar del mundo”.

 

Entrevista con el Dr. Pablo Yankelevich, historiador y académico del Colegio de México, uno de los investigadores más destacados en el estudio de los exiliados argentinos en México durante la última dictadura en Argentina.

 

El primer paso de su investigación sobre los argentinos exiliados en México lo dio en pleno festejo patrio entre el verde, blanco y rojo. En 1987 el académico Pablo Yankelevich, escuchaba como con emoción y euforia los Argentinos gritaban “¡Viva México!, ¡Vivaaa!”.

 

“Eran argentinos gritando el 15 de septiembre, eran exiliados. ¿porqué esta gente se junta a gritar viva México?. Así comenzó esta investigación preguntándome estas paradojas y la investigación creció, comenzó a crecer muchísimo porque apareció mucha información, no solo entrevistas, sino material diplomático”, recuerda aquel mes de septiembre donde se planteó esta pregunta a partir de otra curiosidad que lo había llevado a esa fiesta patria. Esa curiosidad por conocer ¿De qué manera el México de la revolución impactó en las sociedades sudamericanas?, especialmente con las imágenes de la revolución mexicana de principios del siglo XX.

 

Con esa primera duda se acercó a profesores argentinos quienes a su vez le narraron su experiencia como exiliados en México. Su investigación fue pionera para abrir camino a un tema que actualmente ha explorador el exilio a los más de 30 países en los que vivieron los argentinos perseguidos durante la dictadura.

 

El inicio del exilio

 

El Dr. Pablo Yankelevich recuerda que México ha tenido tradicionalmente una política de recepción de perseguidos políticos, sobre todo en el espacio latinoamericana. El país abría los brazos para perseguidos políticos en América Latina.

 

En este “flujo permanente de perseguidos políticos” México recibió antes que a los exiliados argentinos a los chilenos después del golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende.

 

Los primeros argentinos exiliados llegaron a México en 1974.  “Esto es muy importante porque la dictadura en Argentina comienza en Marzo de  1976  pero la violencia política inició desde antes, por lo menos desde Julio de 1974”, describe el investigador que a partir del golpe de Estado de Marzo de 1976 “ese flujo crece de manera exponencial”, asegura el Doctor en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Para ilustrar ese crecimiento cuenta como antes del 76 en México la colectividad de personas argentinas era de no más de 1500 personas pero “ solo en Julio de 1976 llegaron a México 800 argentinos. Solo en un mes, llegó más de la mitad de toda la comunidad que residía en México.  Lo que sucede a partir del golpe es que la dimensión del destierro de los exiliados crece muchísimo, crece a lo largo del 76 y comienza a estabilizarse en el 79”.

 

Se calcula que residieron en México aproximadamente entre unos 6 y 8 mil argentinos a lo largo de la dictadura.

 

¿Cómo llegan esos argentinos, de qué manera se vinculan con México? se le pregunta al investigador, quien responde que la “gran mayoría llegaron por su propia cuenta, no llegaron por vía del asilo diplomático, no fue gente que ingresó a Embajada en Buenos Aires y fue trasladada bajo resguardo del gobierno mexicano  sino que en su gran mayoría llegó por cuenta propia a México”

Aún cuando suele pensar que fue a través de la protección diplomática como ingresaron al país los argentinos a México, el profesor e investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia en México, Pablo Yankelevich aclara que no llegaron ni a 100 personas las que llegaron a la Embajada de México en Argentina contrario a lo que ocurrió en países como Uruguay y Chile donde cientos de  personas  lograron el asilo a través de la Embajada.

 

Esto lo contextualiza el investigador del Colegio de México narrando el episodio histórico cuando la “Embajada se convirtió en una cárcel para tres asilados a quienes la dictadura les negó los salvoconductos, de tal manera que el expresidente Cámpora, quien también se desempeñó como embajador en México, que se asila en Abril de 1976 logra salir a México, en noviembre del 79, casi 3 años más tarde y solo cuando la dictadura tiene certeza de que se va a morir porque el ex presidente Cámpora está aquejado de una enfermedad bastante grave”.

 

El académico describe que un año más tarde “le dan el salvoconducto a su hijo. Dos años más tarde, ya casi cuando la dictadura se está acabando, otorgan el último salvoconducto al último asilado que estuvo 6 años en la embajada. Esto hace que esa embajada, haya sido muy custodiada, muy vigilada por la dictadura  y que no haya sido fácil acceder a esa embajada para pedir asilo”.

 

 

Los documentos históricos del exilio Argentino en México

 

La información que describe con inmediatez y certeza es producto de días y años de investigación donde consultó en el archivo histórico diplomático de la Cancillería mexicana, donde “se resguarda una buena cantidad de información de lo que sucedió en la embajada en Buenos Aires y de la manera en que se comportaba la cancillería mexicana frente a lo que decía la dictadura”. Especialmente, a través de estos documentos logró conocer “el largo conflicto para conseguir la liberación del expresidente Cámpora”.

La investigación del académico realizó un estudio sociodemográfico y estadístico con el fin de “saber cómo estaba compuesta esa comunidad, cuántos eran, en dónde vivían, entonces esa es una parte que se recuperó de información proveniente de archivo de lo que hoy es el Instituto Nacional de Migración, la Agencia que administra la migración en México”.

 

Otros de los documentos consultados para la investigación fue la información publicada en los medios de comunicación, especialmente en los periódicos mexicanos. “La presencia del exilio en la prensa mexicana fue muy notable  por la cantidad de periodistas que se incorporaron a los medios de prensa en México. Estos periodistas daban de cuenta naturalmente de la situación de Argentina y de la propia situación de los argentinos en México”, así explica porqué acumuló bastante información periodística sobre su tema de estudio. Los archivos de las organizaciones de exiliados en México como publicaciones, actas de reuniones, trabajo en prensa, también fueron parte del archivo consultado para conocer sobre los exiliados argentinos en México.

 

Los documentos, la prensa, los archivos periodísticos sumados a las más de cien entrevistas con los exiliados que el Doctor Yankelevich llegó a realizar “a gente que regresó a su país y gente que se quedó viviendo aquí”. Esta información permitió reconstruir y conocer sobre los exiliados argentinos en México y dar forma al libro  “Ráfagas de un  exilio. Argentinos en México 1974-1983” publicado en el 2010.

 

El Doctor Yankelevich también ha publicado y coordinado obras colectivas como “En México, entre exilios. Una experiencia de sudamericanos” (1997); México, país refugio. La experiencia de los exilios en el siglo XX (2001); Represión y destierro. Itinerarios del exilio argentino (2004); Exilios. Destinos y experiencias bajo la dictadura militar (junto con Silvina Jensen, 2007) y Nación y extranjería. La exclusión racial en las políticas migratorias de Argentina, Brasil, Cuba y México (2009).

 

En el  Fondo de Cultura Económica publicó su compilación  “Argentina, 1976. Estudios en torno al golpe de Estado” con Clara E. Lida y Horacio Crespo.

 

 

La relación México – Argentina

 

¿Cómo eran las relaciones entre el Estado argentino y mexicano?. El Doctor Yankelevich recuerda que contrario a lo que ocurrió con Chile, con quien luego del golpe de estado México rompió relaciones diplomáticas, con Argentina fue distinto “por la peculiar circunstancia de esa negativa de años de otorgar salvoconducto, las relaciones estuvieron congeladas durante mucho tiempo. Pasaban  largas temporadas en la que los embajadores mexicanos no estaban en Buenos Aires y a lo largo de la dictadura -entre 1976 y 1983- pasaron 6 embajadores por Buenos Aires”.

 

Esta relación tensa de Argentina con México porque el país, como señala el investigador, “fue muy importante como un lugar donde se denunció sistemáticamente la política terrorista y  criminal de la dictadura. De tal manera que los militares le reclamaban permanentemente al gobierno mexicano el otorgar esas libertades y facilidades para desempeñar lo que los militares llamaban una auténtica “campaña antiargentina”.

 

El investigador señala como “fueron años no de relaciones rotas, pero sí de relaciones prácticamente congeladas”.

 

 

La Operación México de la Dictadura

 

La importancia de México para la dictadura fue mayor porque desde México se denunciaron los crímenes de la dictadura y fue sede de la organización de  exiliados argentinos que pertenecían a la agrupación de Montoneros por eso la dictadura militar “monta un operativo, a través de agentes que se trasladan a México con el objetivo de asesinar en México a los principales dirigentes de esa organización del exilio en el año de 1979. La dictadura lo llamó “Operación México””, narra el investigador.  Sin embargo, el plan de la dictadura se frustra porque el servicio de inteligencia del gobierno mexicano lo desmanteló y los agentes fueron detenidos.

 

“El hecho de que el ejército argentino haya pretendido operar militarmente en México, asesinando a líderes exiliados te presenta la manera en que veían a México. Como un lugar de verdadero accionar antidictactorial, como un lugar de resguardo para los enemigos políticos de la dictadura”, advierte el investigador que esto mismo ocurrió con los argentinos que vivían en otros países como España.

 

 

El Perfil del Exiliado

 

México en los años 70s crecía, su economía estaba en expansión gracias al petróleo, y su infraestructura educativa aumentaba. Este era el panorama que había en México cuando llegaron los exiliados, lo que generó que México se convirtiera en un destino atractivo.   “En buena medida el perfil que tendrá el asilo argentino es altamente especializado. Se trata de gente con formación universitaria, con antecedentes en educación, no todos algunos, de tal manera que esto también se convierte en un polo de atracción por la existencia de oportunidades laborales”, explica el Doctor Yankelevich coordinador del libro “Historia mínima de Argentina” publicado por el Colegio de México.

 

Las ciudades a las que principalmente llegaron los argentinos fueron la ciudad de México, Guadalajara y Puebla. Estas dos últimas ciudades por las Universidades de cada estado como la Universidad de Guadalajara y la Universidad de Puebla donde se integraron como profesores universitarios. Paradójicamente, pese al cobijo del entonces Presidente de México, Luis Echeverría, quien recibe a los exiliados argentinos en México, se vive el periodo llamado como Guerra Sucia.

 

Otro de los puntos de trabajo para los argentinos exiliados fueron las dependencias “gubernamentales y el Estado Mexicano a través de Secretaría de Estados, universidades, centros de investigación y centros de estudios”, explica el investigador que  a través de su indagación confirmaron que mientras “menos calificado es el exiliado, más posibilidades hay de que sea empleado en el sector privado. El Estado absorbe fundamentalmente a los profesionales, mientras que los no profesionales, gente que no termina la universidad o que no tiene profesión universitaria,  encuentra un modo de supervivencia más precario en el mundo de la iniciativa privada como el comercio o las empresas”.

 

Este estudio sociodemográfico permitió generar una comparación con el perfil profesional de las personas que llegaron a partir de 1976 con quienes llegaron  antes de la dictadura con la llamada “migración tradicional” por trabajo o parejas.

 

“Lo que descubrimos es que contrario, una de la otra, en el caso de la migración tradicional, era gente no tan altamente profesionalizada y básicamente empleada en el sector privado de la economía mexicana como gerentes de negocios, dueños de negocios, comerciantes, deportistas, actores. El perfil cambia radicalmente a partir del exilio y tiene que ver justamente con la composición y calificación de ese exilio”, describe el académico.

 

Uno de los datos que destacaron en su investigación fue que ubicaron que la edad de los exiliados era entre 25 y 40 años.  “Es gente que por un lado son profesionales jóvenes y en buena medida hay mucha gente que estudia en México y se forma en México y que empieza, concluye carreras o reingresa al sistema universitario después de haber sido expulsado de su país  y termina sus carreras aquí. Argentinos que en un momento de su exilio fueron estudiantes y después fueron profesionales”, dice el Doctor Pablo Yankelevich.

 

 

El estigma de ser exiliado

 

Para la dictadura militar el investigador del Colegio México señala que todo exiliado  tenía un “perfil político de militancia peronista montonera”. Esto influyó en el momento de regresar hacia Argentina luego del derrumbe de la dictadura, especialmente después de la Guerras de Malvinas a mediados de 1982.  En ese momento dice el académico se empieza a “dislumbrar la primera posibilidad de retornar”.

 

En 1983 comienza el primer regreso masivo que se prolonga hasta 1984 y 1985, los años de mayor retorno.

 

“No hay cifras exactas sobre el retorno pero podemos estimar  que a partir de evidencias, de tipo cuantitativo y cualitativa que tres cuartas partes  del exilio regresa y los que se quedan, se quedan o una temporada más o un par de años más”. Según información del académico se estima que un 25 por ciento de los exiliados continuará en México porque la mayoría vuelve hacia la Argentina.

 

¿Qué factores influenciaron para que algunos argentinos siguieran su vida en México y que otros regresaran? El académico describe que algunos se quedaron para continuar con su vida profesional (especialmente por la crisis económica de Argentina que se genera por el fin de la dictadura) o porque se habían casado, formado familias o tenían hijos en México.

 

 

Argenmex

 

“Los Argenmex son los hijos del exilio. Lo Argenmex se gesta en el exilio. Una especie de categoría híbrida o que da cuenta de un producto híbrido entre lo mexicano y lo argentino”, asegura el historiador para referirse a la generación de hijos de exiliados que nacieron en México, “una generación que no son pocos y que se han encargado de mantener vivo el vínculo entre sus dos patrias porque de hecho tienen dos patrias.

 

En México ocurre “un fenómeno muy peculiar en comparación con otros exilios” de los argentinos en otros 30 países como Australia, Japón y Honduras.  Asombrado cuenta el académico que “ en ningún lugar de esas comunidades exiliadas se generó una categoría similar que refiera a una categoría de identidad Argentina-Española-Francesa – Sueca Argentina”.

 

En México los Argenmex surgieron y ante esto, el académico se preguntó “¿Qué pasó en México para que ocurriera esto? porque no hay que olvidar que la gente llega al exilio profundamente golpeada, no solo en el sentido figurado, sino golpeada en sentido literal. Sobrevivientes, familiares de sobrevivientes de desaparecidos”.

 

Se cuestiona y encuentra que en México hay “una auténtica paradoja porque un exiliado lo que sobretodo quiere hacer es regresar lo antes posible a su país. Es alguien que salió del  país contra su voluntad y lo único que le interesa  hacer es regresar cuanto antes. Aquí no, en México sucedieron cosas muy peculiares que generaron identidades híbridas capaces de cambiar formas de percepción, de relación con la gente y con el mundo. Cuando nosotros entrevistamos a esta gente, preguntábamos estas cosas y las respuestas son verdaderamente formidables”.

 

Entre sus preguntas de investigación cuestionaron a los exiliados “¿Qué se añora de México, qué se quiere de México, qué se extraña de México?” y “ las referencias pasan por el lado de las relaciones personales con la gente, con los mexicanos. El mundo de sensaciones, de descubrimientos que para los “cara pálidos argentinos” eran verdaderas sorpresas, sabores distintos, gustos distintos, olores distintos, colores y formas de relacionarse con el mundo, maneras de administrar el tiempo, el tiempo libre y el tiempo del trabajo, las comidas, las familias”.

 

“La cultura mexicana cobijó de una manera extraordinaria, hospedó de una manera extraordinaria este exilio tan doloroso y tan traumático. Esa cultura mexicana como la música, las comidas de alguna manera ayudó a resanar heridas, yo creo que las heridas sanaron o cicatrizaron más rápido en México que en otros lugares y lo que verdaderamente conmueve en las entrevistas y testimonios es ese reconocimiento, la capacidad solidaria de los mexicanos de amparar, proteger, cobijar y que por supuesto otras sociedades no lo tienen.  Eso tiene que ver con una manera de México de vivir su mexicanidad. México seguirá siendo como es con exiliados y sin exiliados”, dice emocionado y conmovido de cómo su objeto de estudios también fue parte  de su vida, de la vida que hizo en México como historiador y que a través de su profesión recuperó la memoria de los exiliados argentinos en México.

 

 

¿Por qué es importante hablar del exilio de los argentinos en México?

 

En tiempos en que en México se vive una extrema violencia, el Doctor Pablo Yankelevich asegura que es “imprescindible que sea recordado este momento histórico” desde el lado mexicano porque  “es sumamente importante recordar las acciones de un gobierno o de un Estado en salvaguarda de vidas humanas. Hubo momentos, este fue uno, en que el Estado mexicano se la jugó para proteger vidas humanas, no mexicanas. Y esto no lo hace cualquier estado ni en cualquier lugar del mundo”.

 

Por el lado argentino, señala que contrariamente a lo que se llegara a pensar el tema de los exiliados argentinos se toma apenas en el 2006.

 

Años anteriores, ser exiliado era cargar con un estigma producto de las campañas de desprestigio de la dictadura militar “ser exiliado en Argentina no daba muchos créditos o motivos de orgullo porque de alguna manera esas imágenes que la dictadura generó en torno a un exilio de guerrilleros que se dedicaban a pasear por Acapulco, a desprestigiar la “honorabilidad de la dictadura”, esas imágenes calaron muy profundo en la sociedad argentina por la propia coparticipación de sectores importantes de la sociedad argentina en complicidad con los crímenes de esa dictadura”

 

El académico recuerda que aún en democracia los primeros gobiernos “no generaron demasiadas políticas a favor del reconocimiento de los exiliados como también víctima de los crímenes de Estado de la dictadura. El exilio se quedó invisibiilizado, aparecieron las principales víctimas, los detenidos, desaparecidos, los presos y por supuestos los asesinados, pero del exilio no se hablaba, el exilio era un tema invisible, nadie hablaba de eso”.  A los exiliados los acompañaba lo que cataloga el académico como un  “velo de sospecha” con las dudas de ¡por algo se habrá ido, algo habrá hecho!.

 

Pese a este estigma que cargan los exiliados argentinos son ellos los que realizan un trabajo para visibilizar y denunciar los crímenes de la dictadura. Aún cuando el gobierno de Menem declara la amnistía para que los militares sean juzgados, en el plano internacional como en la Corte Interamericana de Derechos Humanos se activan los mecanismos de justicia internacional y “ quienes estuvieron detrás de estos mecanismos de justicia internacional fueron los exiliados , las comunidades y profesionales en derecho y derechos humanos que se quedaron en esos países”, dice el académico de cómo el activismo internacional de los ex exiliados es fundamental para reactivar los juicios de los criminales que exigió la misma sociedad argentina.

 

Es a partir del Gobierno del presidente Néstor Kischner que “ quita el veto y abre de nuevo la posibilidad de llevar ante los tribunales a los criminales, naturalmente el exilio es reconocido. En el 30 aniversario del golpe de estado hay un expreso reconocimiento del Estado de Argentina por primera vez a gobiernos y a organizaciones nacionales e internacionales que desempeñaron labores de salvaguarda de vidas argentinas en el exterior. En el caso de México hubo reconocimiento a quienes desempeñaron puestos diplomáticos, a funcionarios del gobierno mexicano que fueron los encargados de echar andar políticas de seguridad”.En este marco, el año pasado la Universidad de Buenos Aires hizo un reconocimiento a las instituciones y universidades mexicanas, como la Universidad de Puebla que apoyaron e integraron a los profesionales argentinos exiliados.

  

Una ceremonia del grito de Independencia de México en Buenos Aires marcó el inicio de la investigación del Doctor Pablo Yankelevich, quien se preguntó las paradojas de Argentinos que vivieron el exilio y que al volver a su país extrañaron México o de hijos de Argentinos que ahora forman parte de la generación Argenmex.  Su trabajo sobre este periodo histórico para México y Argentina es pionero en el tema del exilio. Tema que como él asegura ya forma parte de un movimiento de trabajos académicos en torno a los exiliados argentinos en Francia, España, Suecia o en otros países que también fueron solidarios durante la dictadura, pero como dice el Doctor Yankelevich ninguno como  México donde las heridas del exilio de los argentinos sanaron más rápido.

Escrito por: 
Difunde CUCSH
Fotografía: 
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Fuente: 
Difunde CUCSH